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          La dieta rápida de Kubica

          LOGRÓ SU PRIMERA 'POLE' TRAS PERDER SIETE KILOS EN 50 DÍAS

          La dieta rápida de Kubica

          Robert Kubica durante la sesión de calificación donde obtuvo la 'pole'. (Foto: EFE)
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          Robert Kubica durante la sesión de calificación donde obtuvo la 'pole'. (Foto: EFE)

          Actualizado domingo 06/04/2008 10:20 (CET)
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          JAIME RODRÍGUEZ (Enviado especial)

          SAKHIR (BAHREIN).- Robert Kubica tuvo problemas en la primera carrera de su vida en la Fórmula 1 por culpa del peso. No el suyo, sino el de su monoplaza, que en aquel Gran Premio de Hungría de 2006 no dio los kilos obligados en la báscula al final del día. Le excluyeron porque era demasiado ligero, por lo que su octavo puesto y primer punto se fueron a la basura. Ayer, con la primera pole position vibrando en sus manos, subió al pesaje que la FIA exige tras bajarse del coche. En la pantalla digital vio la cifra de su éxito: 67 kilos, siete menos que hace siete semanas cuando comenzó una esforzada dieta para convertirse en una pluma dentro del potente monoplaza de BMW. [En vivo, 13.30 horas]

          El primer abrazo de felicitación se lo dio Fernando Alonso, a pie de pista, aguardando a su buen amigo. El asturiano y el polaco protagonizan noches de poker en los hoteles además de lucir caracteres hermanados, peculiares en este negocio. "Los dos aquí somos africanos", dice siempre Kubica para explicar la novedad que supone en el paddock la aparición de pilotos procedentes de países lejanos a la tradición de la F1. En Polonia, se repite ahora el fenómeno español reciente, cuando todo un país descubre emociones con un deporte casi clandestino hasta hacía casi nada.

          Los dos colegas huyen de las lentejuelas; comparten filosofía. Recios, de costumbres hogareñas, rechazan las invitaciones a las fiestas y focalizan sus instintos en la conducción. A ambos les costó llegar, sin dinero en la cuenta de ahorro de la familia.

          Siendo adolescentes, se veían los fines de semana en el campeonato italiano de karts, en categorías distintas, pues Kubica (23) es tres años más joven que Alonso. "Siempre dije que de la nueva generación, el mejor era Robert", recordó ayer Alonso, en el único momento en que le brilló la vista de alegría en otra tarde de resignación por su pobre monoplaza.

          Lo forzó para entrar en la tercera ronda de la clasificación, territorio imposible a primera hora del día. Los entrenamientos matutinos le deprimieron; temía un resultado lamentable. Hasta el punto de que no habían previsto estrategia para la Q3, según admitió el asturiano. Sin embargo, fallos ajenos y el punto competitivo inherente al líder de Renault empujaron a su coche más arriba de lo que la lógica mecánica indicaba: décimo en parrilla, el peor de los nobles.

          "¿Envidia de Robert? Para nada, estoy muy contento por él. Así tiene mejor ánimo cuando juguemos a las cartas, porque hasta hace poco seguía recordando su fallo en Australia", contó Alonso, que tenía prevista por la noche otra partidita de naipes con el polaco, un poco de relajación antes de la carrera. Kubica resbaló en el último instante de la calificación en Melbourne, cuando tenía la pole position en el bolsillo. Le ganó el premio Felipe Massa, del que ayer se vengó.

          En Bahrein, la primera casilla en la salida de hoy será para el polaco más famoso del momento, tras errar el hombre de Maranello en la última vuelta. Los tiempos eran de Ferrari, que atemorizaba con un dominio en rojo monótono, pero BMW, tal vez con menor carga de combustible, se puso en medio con su primera jornada de gloria desde que empezó en el Mundial hace tres años. Hoy buscará la victoria que estrenaría su casillero. Detrás de Kubica morderán Massa, Hamilton y Raikkonen.

          Tras sus problemas en Albert Park, Robert estaba enfadado y hambriento por la feroz dieta que llevaba entonces. Al finalizar la pretemporada, los jefes e ingenieros de BMW se reunieron con el piloto para hacerle una petición: "Tienes que bajar de peso para mejorar el rendimiento del monoplaza". "No dudó ni un instante. Se puso a ello de forma radical. Su objetivo era perder siete kilos en siete semanas. Y lo consiguió", confesaba ayer Daniele Morelli, su representante, casi tan contento como el propio piloto después de la clasificación. Bajo la tutela del doctor Ceccarelli, actual médico de Toyota, Kubica redujo sus comidas en la mesa para ganar velocidad punta en la pista. En su peso adecuado ya es un aspirante al triunfo para la carrera de hoy.