Definitivamente Serbia no es un país del que podamos destacar demasiados hitos en su industria automovilística. Aún así, siempre quedará en el recuerdo un utilitario no demasiado conocido en España, cuya repercusión en su día fue sólo comparable a la del Tata Nano indio en su labor de convertirse en el verdadero “coche del pueblo”. No obstante apuntaba a emular el éxito conseguido por dos de los automóviles más importantes de la historia, el Volkswagen Beetle y el Ford T.
El Yugo nació a mediados de los años 70 como un pequeño utilitario compacto de cuatro plazas fabricado por la compañía serbia, en aquella época en la antigua Yugoslavia, Zastava. El objetivo era lanzar al mercado un automóvil económico, seguro y práctico, para lo cual se dispuso de toda la tecnología amortizada por Fiat tomando como base la carrocería del Fiat 127. Su lema siempre fue (según la traducción no literal): “Fácil de mantener. Económico para viajar. De un valor incalculable”.
Poco a poco Zastava comenzaba a reivindicarse en toda Europa y a ampliar su rango de acción llegando a comercializarse a la vez en 70 países diferentes. Tal fue el éxito que incluso se propusieron su entrada en los Estados Unidos. De los primeros modelos comercializados al otro lado del Atlántico a partir de 1985 el más económico se lanzó al mercado por tan sólo 3.990$, convirtiéndose en el automóvil más barato de aquella época y varios miles de dólares por debajo del siguiente más barato.
La expectación fue tan grande que mucho antes de que los primeros Yugo hubieran llegado a los concesionarios y estos pudieran ser probados o apenas vistos físicamente, las reservas ya estaban prácticamente agotadas. Incluso hubo lugar para una versión descapotable del Yugo. Pero el éxito frugal no duraría más de un año...
La prensa automovilística se ensañó con dureza con el pequeño utilitario yugoslavo. Hubo quien dijo que sería más justo clasificarlo como un juguete que como un automóvil. No tardaron en darse a conocer numerosos fallos mecánicos graves, defectos en los frenos y su pésima atención post-venta. Por otro lado que emplease una tecnología anticuada de Fiat tampoco ayudó demasiado a mejorar su fama.
Mientras en Europa, sobretodo del Este, seguía comercializándose a buen ritmo en Estados Unidos iba hundiéndose, aunque dejó buena huella con más de 140.000 vehículos vendidos. En los años 90 llegaba el colapso de la antigua Yugoslavia y las sanciones de las Naciones Unidas que impedían las exportaciones y que poco a poco acabaron con la actividad de Zastava, hasta tal punto que incluso una de las factorías de la marca fue objetivo de los bombardeos de los aliados, ya que además de automóviles Zastava también fabricaba armas.
Tras la Guerra de los Balcanes la marca recuperaba su actividad como constructor de camiones IVECO y lanzaba algunos automóviles al mercado como el Zastava Florida basado en el diseño del Citroën ZX de Giugiaro. Actualmente incluso comercializan un modelo basado en el Fiat Punto de segunda generación cuyos derechos adquirieron en 2005 y trabajan ya en nuevos acuerdos con otras marcas para lanzar incluso una pequeña berlina económica que pueda rivalizar con el Dacia Logan.
En fin. He aquí la breve historia del Yugo, el que para muchos fuera el peor automóvil del Siglo XX y cuyo relevo toman hoy en día aventuras como la de Ratán Tata y su famoso Tata Nano.
Y por último, para el que le interese la historia completa del Yugo, recomendarle una lectura interesante:
“The Yugo: The Rise and Fall of the Worst Car in History“.
Fuente: Wikipedia | Zastava Automobili