Robert Kubica (BMW), amigo y posible compañero de Alonso en 2009. (Foto: AFP)
Actualizado lunes 15/09/2008 09:30 (
CET)
JAIME RODRÍGUEZ (Enviado especial)
MONZA (ITALIA).- Fernando Alonso estaba agotado y orgulloso de su cuarto puesto en Monza, donde temía, con una jornada de sol, haber terminado fuera de los 10 primeros. En teoría, era para Renault el peor fin de semana, donde el R28 quedaría desnudo por falta de velocidad. Los cinco puntos obtenidos en la meta les permiten superar a Toyota en la tabla de constructores y colocarse cuartos, a la sombra de los tres grandes, el último objetivo de los chicos de Briatore. "Acertamos a la hora de poner los intermedios", explicó Fernando Alonso, que se calzó este tipo de gomas en su única parada del día, en la vuelta 30.
Con el asfalto cada vez más seco, las dudas invadieron a todos los equipos. Antes, la continuada lluvia obligó a la FIA a lanzar la carrera con el coche de seguridad por delante, sin salida bajo el semáforo. La visera del casco, empañada. Los retrovisores, sucios. "Intentaba limpiarlos con los guantes y no llegaba", según relató el piloto.
Con las nubes vacilando, había que apostar por seguir con ruedas extremas, ante la posibilidad de que arreciara la tormenta, o buscar un dibujo más ligero confiando en que escampara. Renault esta vez acertó. Alonso pasó de la parte baja del pelotón a la cuarta plaza. Ahí mantuvo el tipo anteHeidfeld, Massa y Hamilton.
"Teníamos que arriesgarnos y nos ha salido bien". Su temporada se agota, camino de tierras asiáticas (Singapur en dos semanas) y el 'paddock' espera su decisión de futuro. El domingo, Mario Theissen, el director de BMW, lanzó un guiño al asturiano, tras informar de que retrasarán el anuncio de sus dos pilotos para 2009 hasta final de curso. El plazo coincide con los tiempos que maneja el español, en pleno proceso de elección: ¿seguir en Renault o cambiar de aires?
La renovación de Raikkonen por Ferrari hasta finales de 2010 sorprendió a BMW, que ahora puede intentar conquistar al asturiano con un contrato de más de una campaña. "Somos el único equipo grande con asientos libres para el próximo año", lanzó cuando le preguntaron por la posibilidad de contar con el bicampeón. "Siempre estoy interesado en los pilotos rápidos", puntualizó.
Sus dos volantes en la actualidad, Robert Kubica y Nick Heidfeld, también aguardan una respuesta, aunque el polaco parece tener garantizada su continuidad. Alonso entraría en lugar del alemán, lastrado por su irregular rendimiento a pesar de contar con un monoplaza de primera fila. Tras su difícil experiencia junto a Hamilton en McLaren, el ovetense prefiere tener a su lado a Kubica, buen amigo, que a un compañero de la misma nacionalidad que la escudería.
Vettel rompe la historia; Alonso, cuarto
Sebastian Vettel consiguió una histórica victoria en el Gran Premio de Italia con su modesto Toro Rosso. Su primer triunfo, el primero de su escudería, con el acento además de su juventut. Es el nuevo dueño de la gloria precoz. Es el piloto más joven en conquistar una carrera, con 21 años. Marca que arrebata, como hizo el sábado con la 'pole', a Fernando Alonso. El español, en una inteligente carrera, finalizó otra vez cuarto, su techo esta temporada, muy cerca de Robert Kubica, tercero. Kovalainen acabó segundo. [Narración] [Clasificación] [Imágenes]
El español acertó al poner en su coche ruedas de lluvia intermedia muy pronto y progresó hasta la orilla del podio en un circuito tachado por Renault, donde nadie en el equipo francés pensaba en recoger cinco puntos. En la pugna por el Mundial, Lewis Hamilton y Felipe Massa están ya muy cerca, sólo les separa un punto. Pero el gran protagonista fue Vettel, que lanza su proyección con un triunfo muy brillante. Es el nuevo príncipe de la Fórmula 1. Exprimió el motor Ferrari del Toro Rosso y no cometió errores en un trazado empapado.
La dirección de carrera decidió dar la salida bajo el control del coche de seguridad, que durante una vuelta dirigió al pelotón. La persistente lluvia de la jornada obligó a esta medida preventiva. Todos montaron ruedas extremas, la partida estaba lista. Tras una vuelta en fila, la competición. Sebastian Vettel aprovechó su 'pole position' para avanzar en cabeza y con visibilidad. Las enormes columnas de agua molestaban a los pilotos, ciegos ante el rival que tenían delante. No era la tormenta de la semana pasada en Spa, se trataba de combatir el asfalto húmedo con pericia al volante y acierto en la elección del calzado.
Con Vettel marcando el ritmo, el espectáculo estaba en la cola, portaba la bandera Lewis Hamilton. El inglés partió desbocado hacia los puestos altos de la clasificación. En una sucesión brillante de adelantamientos, devoró a Raikkonen, Fisichella. Kubica, Heidfeld, Glock y Trulli. En la recta de meta y en la chicane, el hombre de Mercedes apuraba el potente motor para sobrepasar un monoplaza tras otro hasta situarse segundo en la vuelta 23. Su hazaña se estropeó en el segundo tramo del Gran Premio, cuando la pista se secó y tuvo que regresar a los 'boxes' a poner ruedas intermedias. Perdió entonces lo recuperado y ni siquiera pudo con Felipe Massa. Terminó séptimo, un puesto por detrás del brasileño, que se sitúa a tan sólo un punto en la clasificación general del campeonato, con cuatro carreras por celebrarse.